martes, 27 de octubre de 2009

COMIENZO







Todo se remonta a la siguiente frase: “_ Marcela, ¿quieres
casarte conmigo?

“Si quiero”

He aquí cuando comienzan todos los preparativos para una boda, ¿Dónde nos casaremos? ¿Iglesia o juzgado? ¿De día o de noche? ¿Será íntima o multitudinaria?
Los nervios invaden nuestro cuerpo e intentamos planificarlo todo lo mejor posible.
Yo me asusté tanto que puse esa cara, sí, la cara que veis en la fotografía, y así me pasé los doce meses que tardé en preparar mi boda.

¿Sabéis una cosa? Siempre he tenido algo muy claro, el cómo
sería mi reportaje de boda.
Mi cuñada Martina se ofreció a regalarme el vídeo, así que fui a su casa y le dije: “_Martina, mi video de boda será así”

Tendrá que ser un reportaje único para mí, personalizado, lo más creativo posible, primará la profesionalidad y la sensibilidad de la persona que lo haga, ya que de esa manera entenderé que se entregará para mi día al cien por cien. No quiero poses que me incomoden, quiero hacer de él una película con la mayor naturalidad que la circunstancias y el marco geográfico nos permitan.
¿Sabes que es un recuerdo para toda la vida? Por eso tengo tan claro que mi video no se tratará como otro más….

Mi cuñada simplemente asentó con la cabeza.

Finalmente y aunque os parezca extraño, meses más tarde anulé mi boda, me di cuenta que en realidad no quería comprometerme, solo me quería ver casada a través de una pantalla de televisión.

De ahí surgió Marcela, tenía tantas ganas de realizar ese sueño,
que me dediqué a realizar los videos de bodas de las demás parejas.

Yo, Marcela, era aquella de la que hablaba entonces. Yo soy la persona que mejor emplearía mi tiempo en sorprender a soñadoras como yo.

Ahora te toca a ti cumplir tu sueño